Maxiel Xiomara Alvarez R.
Fundación de asesorías
para el sector rural – FUNDASES
Colombia es un país que se destaca por su riqueza hídrica, debido a que tenemos fuentes superficiales y subterráneas que cubren gran extensión de nuestro país, contamos con seis nevados y más de 48.000 humedales (entre ríos, lagos, lagunas, ciénagas, arrecifes y estuarios, entre otros). Sin embargo, a raíz del cambio climático y el crecimiento demográfico, la disponibilidad de agua ha venido disminuyendo durante las últimas dos décadas, aunque el estado está trabajando fuertemente por la implementación de sistemas de acueducto y alcantarillado para que mayor población tenga acceso al servicio, los sistemas de tratamiento siguen siendo precarios en el país, la falta de una infraestructura adecuada o ausencia de esta, genera problemas de salud, contaminación de las fuentes hídricas principales y afectación a la economía.
De acuerdo a La Superintendencia De Servicios Públicos Domiciliarios se registró un total de 712 STAR (sistemas de tratamiento de aguas residuales) en el país para el año 2019, lo cual indica que el 63.4% del total de los municipios cuenta con plantas de tratamiento de aguas residuales, a pesar de ello, tan solo 273 prestadores reportaron información sobre sus plantas de aguas residuales; Cundinamarca es el municipio que cuenta con mayor cantidad de infraestructuras, cerca de 121 sistemas, no obstante el 70% de las aguas servidas en el país no son tratadas correctamente y generan contaminación, según Acodal incluso los sistemas que existen son sistemas primarios que no cumplen con los parámetros o no pueden garantizar el vertimiento limpio de las aguas a los cursos naturales.
Por lo tanto para un país como Colombia donde no existe una cobertura total de sistemas de tratamiento de agua residual, donde se desconoce la efectividad del proceso, es necesario apostar a alternativas de tratamiento de aguas residuales amigables con el medio ambiente, que permitan contribuir al retorno de este recurso de forma más segura, dando cumplimiento a la norma, controlando parámetros como DBO , DQO Y SST, logrando que el porcentaje de aguas residuales tratadas sea mayor y apostando por la reutilización del agua bajo condiciones apropiadas para la salud de las personas y no afectando la vida de los cuerpos de agua.
Los Microorganismos Eficaces (EM) son una biotecnología desarrollada durante la
década de los 80´s en la Universidad de Ryukus, Okinawa, Japón por el Dr. Teruo Higa. El EM es un cultivo mixto de microorganismos benéficos naturales, sin manipulación genética, presentes en ecosistemas naturales, fisiológicamente compatibles unos con otros, que poseen propiedades de fermentación, producción de sustancias bioactivas, competencia y antagonismo con patógenos, todo lo cual ayuda a mantener un equilibrio natural entre los microorganismos que conviven en el entorno, trayendo efectos positivos sobre la salud y bienestar del ecosistema. Tiene una composición microbiológica de bacterias fotosintéticas (Rhodopseudomonas), bacterias ácido lácticas (Lactobacillus casei) y levaduras (Saccharomyces cerevisiae). La Tecnología EM puede ser utilizada en el área ambiental, principalmente en el tratamiento de aguas residuales o servidas de origen urbanos, fabricas, granjas etc., y también agua contaminadas como ríos, lago y lagunas. Además para el manejo de desechos sólidos orgánicos y proceso de compostaje.
Nuestro objetivo es implementar un programa para contribuir con el tratamiento de las aguas residuales directamente en las PTAR (Plantas de tratamiento de aguas residuales),principalmente ubicadas en el
departamento de Cundinamarca y a su vez contribuir al mejoramiento de puntos claves en las fuentes
hídricas, ríos, donde llegan los vertimientos de estas plantas, el tratamiento se realiza a través de la aplicación de la biotecnología EM y bolas de Bokashi, estas últimas, son elementos elaborados a partir del EM mas Bokashi (materia orgánica fermentada con EM) y lodos provenientes de las PTAR y río. La aplicación de EM nos permite transportar y colocar poblaciones importantes de microorganismos, inoculando el fondo y el cuerpo de agua con el fin de contribuir a mejorar los parámetros físico químicos y microbiológicos, atacar el problema donde se generan los gases y mejorar la capacidad de auto-purificación de los ríos, ayudándolos a volverse limpios y recuperarlos nuevamente.
El proyecto se desarrolla en conjunto con el sector educativo (colegios y escuelas) para involucrar a niños, jóvenes y docentes en el proceso de elaboración de las bolas de Bokashi y que ellos sean parte del proceso para contribuir a mejorar y recuperar las aguas residuales y los cuerpos de agua como ríos, con el objetivo de fomentar la conciencia sobre el ahorro, recuperación y reutilización de este recurso tan vital para toda la comunidad, además se articula este trabajo con las empresas de servicios públicos y entidades ambientales de la región quienes son los entes encargados de velar por el cumplimiento de leyes y metas establecidas para disminuir y controlar las cargas orgánicas.
Los efectos positivos de la aplicación del EM en el tratamiento de aguas contaminadas son controlar olores (como amoníaco, sulfuro de hidrógeno, entre otros), debido a que las bacterias (fototróficas) evitan que se
generen los gases nocivos, por su proceso fermentativo con los lodos, de igual forma la generación de metano.
Reducción de microorganismos patógenos como coliformes, bacterias, etc. Y el mejoramiento de la calidad de agua con respecto a parámetros fisicoquímicos como: DBO, DQO, turbidez, sólidos suspendidos, pH, oxígeno disuelto, entre otros, brindando la posibilidad de reutilizar el agua como riego. Finalmente las bacterias en su proceso fermentativo ayudan con la descomposición de los lodos, reduciendo su volumen, además el lodo tratado con EM puede ser reutilizado, debido a que tiene mayor concentración de nutrientes y microorganismos por lo que se puede utilizar como abono para uso agrícola.
Al mismo tiempo de contribuir con el tratamiento de las aguas residuales y mejorar sus condiciones físico-químicas y microbiológicas, logramos realizar un proceso de operación sostenible con el ecosistema para garantizar que el retorno de estas aguas sea más seguro a las fuentes principales. Finalmente a través del programa se quiere generar un impacto social involucrando a actores como los niños y jóvenes en el proceso de tratamiento y recuperación de cuerpos de agua de su región.
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